viernes, 1 de agosto de 2008

Juan Carlos Acevedo Ramos

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en la Revista
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Fotografía tomada de
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Juan Carlos Acevedo Ramos (pág. 47)

Manizales 1973. Poeta, ensayista y periodista cultural. Director de la revista literaria Juegos Florales del Centro de Escritores de Manizales.
Colaborador permanente del dominical Papel Salmón del diario La Patria en Manizales, Algunos de sus poemas hacen parte de las nuevas antologías de poesía colombiana Nuevas Voces para Fin de Siglo (Editorial Épsilon. Bogotá ,1999), Inventario a Contra Luz (Arango Editores. Bogotá, 2001) y en las antologías internacionales El amplio jardín. Antología de poesía colombiana y uruguaya (Embajada de Colombia en Uruguay. Ministerio de Educación del Uruguay. 2005) y 12 Poetas Colombianos 1970-1981. (Punto de Partida, UNAM, México 2007).
Ha publicado el cuadernillo poético Palabras en el purgatorio (Colección Lyrica Species) y el libro de poemas Palabras de la Tribu (Editorial Manigraf). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía “Descanse en Paz la Guerra” convocado por la Casa de Poesía Silva de Bogotá.
Ha sido Director Cultural de la Feria del Libro Ciudad de Manizales, en la actualidad se desempeña como director del taller de escritura creativa “Héroes Literarios” en Caldas, del Programa RENATA (Red Nacional de Talleres de Literatura del Ministerio de Cultura) y Coordinador del Área de Literatura de la Secretaría de Cultura del Departamento de Caldas, Colombia.

Fotografía: Ángela Vásquez
En la página 47 de la revista. Fragmento en blanco y negro
de la fotografía que se publica más adelante y está en la contracarátula.
Portafolio de la fotógrafa en internet: http://www.flickr.com/photos/shakyvasquez/
(Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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POEMAS
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Vendedora de soles
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Una flor en las manos de una niña es una lámpara, lo
supo entre campos de margaritas silvestres, era la época
del maíz y del café. Después la guerra y el horror, el
espanto y la huida. Sus manos acostumbradas al trigo
maduro y al agua limpia no supieron hacer otra cosa, y
la soledad de las calles la arrojó al silencio. Vende fl ores
en el parque central.
Una noche, sus manos -iluminadas por un girasol- resplandecieron
en la cantina y don alfredo conoció el amor. Ella
le ofreció un ramillete de astromelias y él quiso comprarle
su amarga sonrisa de días sin pan. La mujer vende flores,
fl ores que en sus manos son heridas de una historia que
no eligió vivir.
….
Oración en los trigales
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Como adentrarse en un desierto de harina para luego
saciar la sed bajo la leche blanca de una cabra, este anciano
hunde sus manos sobre la masa blanda. Su ofi cio lo
realiza desde el altar de los trigales, bendice el amanecer
y eleva oraciones antes de que la luz del sol acaricie el
campo de centeno.
En su taller crecen los sueños de las gentes simples y por
unas monedas borran amargas horas de sus rostros.
Señor de los molinos, tú que ahuyentas el hambre de
nuestros hogares con el más sencillo de los alimentos y
nada pides a cambio, bendigo tu oficio de hacedor de
esperanzas, bendigo tu taller blanco, despensa para el
hambre del tercer mundo, y escribo esta oración para tus
días sin descanso.
Reparador de sueños
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Bajo el imperio del insomnio aprendió a encender el
carbón que chispea en el lápiz. Ese destello de fuego se
hizo línea e inició el rito del silencio. Alcanzaba la edad
de los metales cuando el canto de un cardenal devastó
la madrugada. Los años se hicieron polvo bajo su lápiz,
la luz del carbón se hizo grito y un viento frío silbó en el
valle del Cauca Medio.
Poco a poco aprendió su oficio, agudizó los sentidos,
afiló el lápiz, recortó la madera. Atento robó aullidos,
llantos, huellas, olores y estelas de fantasmas que más
tarde almacenó entre hojas de tabaco. Las palabras hechas
artefactos, los trazos grises del carbón hechos senderos
y la historia hecha palabra revelaron su oficio: reparador
de sueños.
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Fotografía: Ángela Vásquez
Imagen publicada en la contracarátula de la revista,
y algunos fragmentos de ella en b&n en el interior.
Portafolio de la fotógrafa en internet: http://www.flickr.com/photos/shakyvasquez/
(Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Leyenda bajo el olor de un pebetero
I
Bajo el olor agónico de un pebetero lo observo trabajar.
Una canción popular vibra en la atmósfera de su taller.
Las horas se pierden entre revistas de historietas y hormas
y duendecillos invisibles. Mis años no suman la edad del
colibrí y el letargo de febrero se hace más dulce en su
compañía. El olor del cigarrillo y su voz de radio viejo
me llevaban por mundos imaginarios.
Sencillo como el trigo y necesario como el pan, este hombre
practica el viejo oficio de remendar nuestro calzado;
el viejo e inútil oficio de prolongar nuestras huellas sobre
el agua. Empeñado en borrar nuestro pasado curvó su
espalda y su sombra para siempre.
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II
Cada martes, mientras la tarde pendía de una aguja y el olor del pebetero
moría sobre el cielo raso, me enseñaba el mundo mágico de los héroes
de papel, abría la tapa de un baúl, que mi memoria recuerda como un
cofre lleno de tesoros, y me obsequiaba una revista de aventuras.
La infancia guarda secretos que la vejez reclama.
Mis zapatos escolares, los tacones de madre y un par de botas de padre
eran la excusa para adentrarme en el mundo silencioso del papel y la
empresa de remendar nuestros pies este hombre la ofrecía a unos dioses
que yo desconocía.
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III
Llegó el tiempo del deshielo y nuestros caminos se cortaron. Su cuerpo
jorobado se evaporó tras el limpio olor del pebetero de cobre y mis huellas
sobre el agua también.
La infancia guarda secretos que la vejez reclama, y este hombre reposa
entre hojas de papel descoloridas donde remienda desde siempre mis
sucios zapatos de la escuela.
...
Cisnes del silencio

Los muchachos alegres en los parques, ebrios en las esquinas
Y aburridos en las j-aulas de clase hablan el lenguaje del desierto.
Las palabras estropeadas en sus bocas ya no cantan.
No pueden. No conocen. Olvidaron.
Basta. No les pidas nada. Solo brindan por sus muertos.
En su historia no está mayo del 68,
Ni el horror del palacio en el 85,
Ni la caída del muro.
Los muchachos
-Desalmados cisnes del silencio-
Transpiran el olor metálico de la calle que los olvida y los devora.
No le pidas llamas a sus voces.
Las palabras son ceniza en sus bocas

Carta del navegante

“Alguien me ha dicho
Que al final de esta calle
Encontraré unas manos”
FERNANDO ARBELÁEZ

Uno le apuesta a la vida y debe pagar un precio.
Este devenir entre hoteles, aviones o autos,
Esta magia de conocer pasajeros
Siempre ajenos a la música de las hojas;
Este sueño o manía
De hablar más con sombras que con hombres.
Uno le apuesta a la vida y gana.
Pero ella te recuerda el saldo de adioses,
De amigos de ocasión y amores de fiebre en carnaval.
Uno le apuesta a la vida y vaya sorpresa cuando reclamas el premio
Y descubres que los demonios siguen allí y los fantasmas también.
Uno le apuesta a la vida y nadie te dice
Que el sueño jamás volverá a tus manos,
Tampoco habrá quién te salve los domingos,
Ni mucho menos beberás leche de mujer
Para alimentar el niño que no sabe hacer
Otra cosa que tejer palabras.

Uno le apuesta a la vida
Y puede recoger una amante al fi lo de la espada,
Un amigo encargado de espantar los pájaros de la angustia
Que anidan en nuestras lágrimas,
Y un jardín –que sin saberlo- sembraste en hojas de papel.
Uno le apuesta a la vida
Y en los bolsillos llevas dinero suficiente para el juego
Donde siempre ganas más soledad
Y el vacío de las madrugadas de abril.

"Guatavita" . Fotografía: Ángela Vásquez.
Página 54 y 55 de la revista y corresponde a la
http://www.flickr.com/photos/shakyvasquez/530104725/ en el portafolio de la fotógrafa: http://www.flickr.com/photos/shakyvasquez/
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Juego de bengalas

Hermano,
he vuelto al viejo puerto
donde aún hay huellas de Jaime Molina.
El río huele a ron
y tu ausencia la noto porque tu demoledora carcajada
no apaga la voz del agua que ruge en el Oriente.
Amanece
y el juego de bengalas que disparó anoche un Mirage
y las pequeñas fogatas que encendieron en Palanqueros,
me recuerdan que la guerra está lejana... pero viva.
Por eso hoy
el Poema vuelve a ser bálsamo y conjuro.
Y las palabras que escribo para ti,
las escribo con el polvo que recojo cada noche en el muelle.
Estoy seguro: pronto llegarán a tus ojos.
Aquí
el calor es nuestro pan de cada día y los noticieros vuelven a mentir:
la guerra es –lo sabemos– un error en el plano original del Creador.

Hermano,
Las mujeres siguen bellas y caobas,
sus delicados vestidos encienden miradas, despiertan calles y yo
brindo con cerveza por sus cuerpos y sus labios.

Del Sur llegan cartas.
Es duro amar la cordillera cuando enfrente tienes el horizonte desnudo
y una detonación en cada oído.

El muelle muere cada noche un poco más:
no hay visitantes,
ni quien desperdicie la voz contemplando sus aguas, la noche o la nostalgia.
Tampoco volvieron los amantes que jugaban a nacer de cada beso.

El tiempo se agota. Estoy solo.
Ya el cielo está roto, la luna oscila incierta sobre el río.
Pronto volveré a partir.

Para: Nicolás Lerma
En tu salud me he bebido el Magdalena


Radiografía de la ausencia

Cuanto más grandes los hombres
Más solos se quedan
DE UNA CANCIÓN POPULAR


Viejo, en tu ausencia el bueno de Dios se ha vuelto amigo. En los bares
donde no entras a beber, la silla que debes ocupar se llena con tu vacío; al
que ofrezco una cerveza que no bebe nunca. Entonces pido un cigarrillo
que dejo encendido hasta que por completo se lo fuma tu fantasma.
Ahora que recorro restaurantes, avenidas y duermo mal en hoteles de todas
las ciudades, ahora que cualquier mujer de esquina me ofrece algo más
que su sexo tibio y sus senos de candil, ahora que el corazón está hecho
añicos necesito de tu mano y tus palabras.
Papá, en las noches de embriaguez me hace falta tu voz ordenándome
dormir. Dime quién sabe de tu pasión por el fútbol y por las novelas de
vaqueros. A quién hace vibrar tu historia del carbonerito. Quién conoce
tu secreto sobre el vuelo del albatros.
Hoy que la vida vuelve a sonreír quiero saber qué neblinas respiras. Cuáles
gotas de sudor mojan tu sombra. Dónde apagas el último cigarrillo.
Quiero saber si todavía hueles la lluvia.
Es duro crecer sin ti, sin tu silbido en las mañanas cuando la cuchilla
atraviesa tu rostro y el ruido de tus zapatos me despierta.
Aquí las calles de mayo siguen solas, nadie cura mis heridas de juegos
perdidos, nadie remienda mis ojos al final de un amor. Camino solo, papá,
y la noche me seduce de nuevo. Mañana te habré olvidado otra vez.
...


Tarjeta para un animal perseguido
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Raúl, he venido hasta tu casa llena de leyendas y poesía pero tú no estabas.
Tu corazón de mango me llenó de aliento y decidí abandonar las calles
donde habito y enrutar mis pasos hasta tu casa. Un sol que moría en las
estribaciones de un maizal me dio la bienvenida.

El río muere poco a poco, se va secando como un cadáver viejo bajo el calor
de noviembre. Perdido entre frutas y aldeanos no hago más que llamarte.
Raúl, he tocado todas las puertas, enterré mi sombra bajo los tamarindos
de todos los patios, subí a todos los árboles y sequé el sudor de todos los
niños buscando en sus rostros el tuyo… y no apareces.

¿Dónde andas, Raúl?

Anoche frente a tu casa, los muchachos, los gaiteros y las altas mujeres de
tu suelo te esperaron. No quise asistir a la parranda porque sabía desde
siempre que no asistirías.

Yo, animal urbano y paranoico, te esperé junto al cocotero, pero no
llegaste.
Solo tus limpios cuchillos se aproximan. Me voy con tu silencio.
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ARS poética

¿Dónde me llevas, literatura?
¿A qué cuarto polvoriento diriges mis pasos?
¿Qué palabras serán mi alimento?

Dime

¿De qué seno beberé la próxima noche de sequía?
¿Qué sirena arropará mi lluvia y sus palabras?
¿Dónde guardo mis manos, mis juguetes, mi voz?
¿Dónde siembro mis amigos,
los viejos amigos que me inventan cada noche?
Ahora lo sé,
Las palabras de hoy serán mejor alimento que las de anoche.
Sin embargo
no siempre hay palabras para la cena.
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"Guatavita" . Fotografía: Ángela Vásquez.
Página 34 y 54-55 de la revista y corresponde a la
http://www.flickr.com/photos/shakyvasquez/530104725/ en el portafolio de la fotógrafa
Click aquí para regresar al contenido de la Revista, o en
http://luna-nueva-34.blogspot.com/2008/07/luna-nueva-no.html
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Actualizó: NTC … / gra Agosto 1, 2008 . 1:41 PM.












1 comentario:

Ela Cuavas dijo...

BUENO HE TENIDO QUE LEER SU POESIA POR AHI, YA QUE USTED NUNCA ME MOSTRO NADA. PUES REALMENTE ME GUSTO MUCHO LO QUE ENCONTRE, LASTIMA QUE POR ESTE MEDIO NO PUEDA DECIR MAYOR COSA, EL POEMA DE LA VENDEDORA DE SOLES ES UNO DE LOS POEMAS MAS BELLOS QUE HAYA LEIDO ULTIMAMENTE.